AMLO le baja dos rayitas a su secretario de Gobernación; se sabe que puso nerviosa a su “consentida”, la Sheinbaum

Gobernación
Andrés Manuel López Obrador y Adán Augusto López Hernández FOTO: WEB

Una de las 48 Leyes del Poder que señala Robert Greene para poder durar mucho tiempo en un puesto gubernamental, es la regla de oro de no rebasar al jefe ni en carretera. Y esto viene al caso por el fin de semana pasado que vivió el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien se llevó los encabezados de la prensa por dos razones: la primera por andar de matraquero del presidente y su revocación de mandato y, la segunda, por haber usado un avión de la Guardia Nacional.

Lo cierto es que el Ejecutivo federal tuvo que salir en la mañanera para aclarar el asunto, pero no crea que salió a dar explicaciones del avión o de la violación de la ley electoral, nada de eso, lo que el presidente enfatizó es que su secretario de Gobernación no es presidenciable. En otras palabras, salió para aquietar las ansias de Adán Augusto López en caso de que este se haya creído que en verdad estaba encartado como una de las corcholatas presidenciables.

Aunque otros dicen que en realidad el presidente lo que buscaba era aquietar los nervios de su “consentida”, Claudia Sheinbaum, quien en algún momento se sintió rebasada por el paisano del presidente. Pues mientras son peras y son manzanas, ayer a las 2:30 de la tarde, el secretario de Gobernación salió de la oficina de su paisano con cara de pocos amigos.

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