La falla de una banda transformadora generó gran pánico en el aeropuerto de Cancún, pues pensaron que se trataba de una balacera. En Colima van 85 muertos en lo que va del mes, nueve tan sólo en las últimas 24 horas. En Zacatecas, Coahuila y Tamaulipas siguen apareciendo cuerpos por todos lados y las ejecuciones no cesan por las pugnas que hay entre los mismos grupos delincuenciales. Hay otros estados de la República donde las cosas quizá no están tan graves, pero la violencia no cesa.
A pesar de este panorama el presidente Andrés Manuel López Obrador echa las campanas a vuelo para declarar: «se han revertido los efectos de la violencia». Y en caso de que usted no lo quiera reconocer, o vea las cosas de otra manera, el presidente asegura que usted es fascista: «Para el conservador, no hay más que el uso de la fuerza, son fascistas y por eso se ríen de la política de ‘abrazos, no balazos’, porque para ellos es ley fuga, pena de muerte y el mátalos en caliente, así piensan».
Por supuesto, con esta mentalidad presidencial la violencia va a seguir haciendo de las suyas por mucho tiempo más.
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