La decisión que tomara la Suprema Corte de Justicia de la Nación absolvió a Laura Morán del delito que se le imputaba, dejar morir negligentemente al hombre con quien vivió 50 años de vida. También liberó a Alejandra Cuevas, quien fue acusada por el mismo delito. Pero además de eso, la SCJN mostró que, tal como lo señala el ministro Luis María Aguilar Morales, no existían elementos de prueba -ni siquiera en grado mínimo- para acreditar que la citada mujer cometió un delito. Es decir, desde una primera instancia el caso no debió haber avanzado y mucho menos se debió permitir la injusticia de poner en prisión preventiva a una mujer de 95 años ni en la cárcel a una mujer de 67 años.
Pero está claro que la señora Ernestina Godoy, Fiscal de la Ciudad de México, no soportó la presión de Alejandro Gertz Manero, por lo que continuó con el caso, dejando que la injusticia perviviera, dando gusto a un fiscal rencoroso y corrupto. Para la Suprema Corte de Justicia de la Nación quedó completamente acreditado que la señora Laura Morán sí contrató los servicios especializados para atender a su esposo en la enfermedad. ¿Por qué esas pruebas que revisó la SCJN de la nación no las tomó en cuenta la Fiscalía capitalina?
De hecho, uno de los ministros, Juan Luis González Alcántara, propuso a la Suprema Corte reconocer que a Laura Morán y Alejandra Cuevas se les violaron sus derechos humanos por parte de la fiscalía de la Ciudad de México, por lo que deberían solicitar un pago reparatorio. Este es un duro golpe al ego, a las ambiciones y a la calidad moral del fiscal de la nación, quien con esto queda claro que persigue más cumplir con la injusticia que con la justicia. ¿Cuándo sacará López Obrador a Gertz Manero de la Fiscalía?
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