La nueva carrera espacial es un juego de ricos, de momento

Espacial
La nueva carrera espacial FOTO: UNSPLASH

Ciudad de México. El término carrera espacial tuvo su origen en la competencia entre la Unión Soviética y Estados Unidos por ser los primeros en lograr distintos hitos. Los comunistas ganaron la batalla del primer astronauta con Yuri Gagarin en 1961 y los capitalistas con la llegada del hombre a la luna con el Apolo 11 en 1969.

Poco después se alcanzaron tablas y con la Unión Europea se trabajó en la Estación Espacial Internacional (ISS) que con el conflicto por la invasión de Ucrania puede quedar desamparada. Mientras, China avanza por su cuenta.

Sin embargo, ahora vivimos una segunda carrera espacial distinta en la que las empresas privadas pelean entre sí por ser la alternativa a los países. Los tres grandes referentes son los proyectos liderados por millonarios como Jeff Bezos (Blue Origin), Elon Musk (Space X) y Richard Branson (Virgin Galactic). Algunos lo llaman la feria de las vanidades porque las victorias que se consiguen son pírricas y están más enfocadas a las redes sociales que a la ingeniería espacial.

La última victoria pudo ser el vuelo suborbital de Bezos el año pasado, lo que le convertía en un turista espacial. Pero no nos engañemos, con él viajó a bordo del New Shepard (o tenía previsto hacerlo hasta última hora cuando canceló por problemas de agenda) una persona capaz de pagar 24 millones de dólares por el viaje.

Sin embargo, puestos a hablar de éxito, Space X colabora activamente con la NASA y el Pentágono de momento con la puesta en órbita de satélites a través de sus cohetes Falcon ¿Por qué Musk no ha querido ser el primero en volar? Porque no quiere hacerlo hasta que considere que es totalmente seguro.

Por último, Branson ganó la victoria de ser el primero en viajar al espacio con su propia compañía unas semanas antes que Bezos. Si bien, como en el caso del turista espacial estadounidense, el británico realizó un vuelo de mínimos (máximo de 85 kilómetros sobre el nivel del mar). Branson, eso sí, ya ha puesto a varios turistas espaciales en órbita por cantidades nunca inferiores a los 200.000 dólares. Vamos, experiencia totalmente vip.

No se puede participar en esta carrera

No se puede participar en este juego. Ni siquiera invertir en él. Por ello, algunos expertos ponen en duda los avances de mínimos que han logrado algunas de estas empresas. Si estos vuelos espaciales están limitados a miniviajes al límite de lo considerable como espacial, son solo para ricos y no aportan nada a la sociedad ¿a quién le importan?

Recordemos que son empresas privadas y no cotizadas por lo que nadie puede exigir resultados financieros ni se puede hacer trading con Virgin Galactic, Blue Origin o Space X. Se trata de un juego de ricos y para ricos donde pesa más el ego de cada uno que el bien común. Así, esta nueva forma de turismo espacial no tiene futuro, pues a nadie le importa. Sus relativos éxitos son más para las redes sociales que para los informativos y nunca en la sección de tecnología, sino en la de sociedad. Hay más interés en saber quién paga por esos viajes para el capricho de los millonarios que en el éxito de las misiones. Sobre todo, porque los supuestos éxitos no aportan nada a la investigación espacial.

Así, aun cuando se pudiera hacer trading con estas acciones, no hay avances tecnológicos que inviten a invertir en ellas. Son empresas que han nacido del ego de un millonario y no necesitan convencer a los inversores de su modelo de negocio. Quizás Space X aporte algo más que un capricho para ricos. Sin embargo, todavía queda tiempo para que se pueda hacer trading y exigir unos resultados.

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.