Entre las varias revelaciones que hace Julio Scherer Ibarra sobre la trama macabra en su contra por parte del fiscal Alejandro Gertz Manero y de Olga Sánchez Cordero, está el tema familiar, es decir el supuesto asesinato de su hermano. Gertz tiene en la cárcel a su cuñada de 95 años de edad y a su sobrina de 67 años. Por todos lados se ha empuercado las manos el fiscal para no permitir que se libere a sus parientas políticas. Ya se revelaron los audios en los que Gertz dice que recibió el proyecto de sentencia sobre el proyecto que permitiría la libertad de las dos mujeres. En ese audio Gertz hace ver que el ministro se salió del acuerdo: “Eso sí no tiene puta madre. Y me quiso ver la cara de pendejo y todavía me lo manda para ver si me di cuenta o no y a ver qué hago”.
“Ya se volteó completo”, dice más adelante. En el documento que Julio Scherer Ibarra publica en Proceso declara que el fiscal le pidió un favor sobre el mismo tema. Scherer relata: “Entonces explotó el rencor que yo no podía imaginar y del que no ha habido vuelta atrás: vehemente, agregó a su lista de reproches que ‘sólo un favor’ me había pedido y que yo se lo había negado: impedir que su cuñada Laura Morán y la hija de esta, Alejandra Cuevas Morán, obtuvieran un amparo por la acusación del homicidio de su hermano Federico Gertz Manero, de lo que él las acusa. Lo pidió el fiscal, sí, a sabiendas de que era un acto ilegal”.
¿Cómo podría el presidente López Obrador sostener a un fiscal de esta calaña? ¿Cómo garantizar un ejercicio correcto en la procuración de justicia estando al frente un sujeto que todo lo corrompe?
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