Esta empresa cuenta con 50 millones de pesos que le otorgara la Secretaría de Economía del Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en solidaridad (Fonaes). Esos 50 millones de pesos los recibe la empresa de Patricia Armendáriz debiendo pagar al Gobierno Federal el cuatro por ciento anual de intereses.
Pues resulta que la señora Armendáriz, con careta de benefactora, ofrece créditos a las mujeres indígenas, pero les cobra ese mismo 4 por ciento de interés, pero mensual. Esto la vuelve una vil agiotista. Lanza el grito Lourdes Mendoza: «Estos agiotistas modernos, tolerados o ‘legales’, también denominados ‘delincuentes de cuello blanco’ son los que tanto odia el presidente, por favor que alguien le diga al presidente López Obrador qué hace esta señora con los más pobres y con el dinero del gobierno».