De inmediato llamaron a una ambulancia, pero sólo se hallaba en la unidad el chofer y un paramédico. Cuando pasaron al DIF municipal para que una doctora abordara la ambulancia, Leonardo ya había fallecido. Más tarde se tuvo que informar a los padres del menor, quienes recibieron la noticia de que su hijo había muerto.
Después de conocer las circunstancias en las que murió su hijo los padres dijeron: «Leonardo Peña de 17 años, sanó en todos los sentidos, luchó para alcanzar cada uno de sus sueños, pero las autoridades lo defraudaron por su negligencia. Exigimos como madre, padre o familiar de cualquier niño de nuestro municipio, las acciones pertinentes para que la vida y muerte de Leo no sea en vano». Los padres exigieron que en adelante, si un instructor de lucha libre no está certificado, que no se le deje entrenar a menores; también exigieron un equipo de primeros auxilios para cada gimnasio.