Para el gobernador de Veracruz, su terruño es un mundo de caramelo, casi como la tierra prometida que manaba leche y miel. Para el hijo del profe Atanasio, Veracruz viene siendo como una sucursal del paraíso terrenal, donde todos se aman y viven en completa armonía. Al menos esa es su apreciación.
Y es que, los veracruzanos ya no saben si reír o llorar con las declaraciones del Ejecutivo estatal, quien el día de hoy, en su dichosa Mesa de Construcción para la Paz, dijo: «Nos convertimos en el Estado que más ha disminuido los delitos de alto impacto a nivel nacional».
¡Por favor!, que primero cheque las estadísticas que tienen los mismos ciudadanos, aquellos que han sido víctimas del mamotreto jurídico que le echó abajo la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ojalá y que del puñado de asesores con los que cuenta, le pongan al tanto de la realidad y exija resultados al residente forastero que tiene a cargo de la seguridad del estado.
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