Está claro, muy claro que el expresidente Enrique Peña Nieto goza de una total impunidad en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. En el caso de la “Estafa maestra”, a su exempleada Rosario Robles se le están echando todas las pulgas, pero a él, directamente implicado en esa estafa, no se le toca ni con el pétalo de una denuncia. Asimismo, en el caso de Emilio Lozoya, otro de sus exempleados que también lo implica en el caso Odebrecht y otras transas, el gobierno ha decidido que a Peña Nieto no se le toque.
¿De qué privilegios goza este expresidente? Alejandro Aguirre, en su columna de El Universal, nos da una poco de luz. El columnista señala que Peña Nieto tiene al menos cuatro videos en los que se implica a los familiares del presidente en actos de corrupción: «El que EPN asegure no difundir alguno de los videos que pondría en aprietos a AMLO, no significa que por otra vía pueda evitarse su revelación, sin embargo, el expresidente tiene cuatro materiales que (me afirman), nadie más posee en el país; todos ellos sobre familiares del habitante de Palacio Nacional, y eso, acabaría por sepultarlo».
Ese es el salvoconducto del presidente Peña Nieto, quien decidió guardar esos videos para mantenerse a salvo de los rencores de López Obrador, quien por cierto no tiene medida cuando se decide vengar.
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