Tras una semana de haber suspendido las importaciones de aguacate, el pasado miércoles 16 se llevó a cabo la primera reunión entre los principales productores del fruto y las autoridades sanitarias estadounidenses. La conclusión fue una negativa hacia la opción de abrir la única ruta de exportación certificada en México para ese producto. Se sabe que, si continúa la suspensión comercial podrían perderse alrededor de 25 mil toneladas de aguacate, lo cual significaría una pérdida de aproximadamente 70 millones de dólares.
Hasta donde se sabe, Estados Unidos no pretende abrir hasta que se garantice la seguridad de los más de 70 inspectores norteamericanos que trabajan en los sembradíos mexicanos. Esto después de que se amenazara directamente a uno de sus inspectores en suelo mexicano. Ante esta situación, se propuso la opción de crear una unidad de investigación de seguridad en la zona.
Por el momento se sabe que el gobierno estadounidense se ha mantenido cerrado ante las opciones. Sin embargo, se sabe que el gobernador de Michoacán ya está llevando a cabo un plan de seguridad que se espera sea aceptado por las autoridades estadounidenses el día de hoy. Por lo mientras, la desesperación y frustración se expande entre los agricultores mexicanos que ya tenían listos y empaquetados toneladas de aguacates. Esperando se abran las puertas del comercio, del cual se mantienen miles de familias.
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