Sergio González Levet / En uno de los tantos embates del gobierno lopezobradorista en contra de los medios de comunicación y de -pareciera que caigo en el lugar común- la libertad de expresión, se está pretendiendo que los comunicadores hagan explícito en cada nota que publican si se trata de información o de opinión.
Según las pocas entendederas de quien le dio esa idea al Presidente, las publicaciones se dividen en informativas (objetivas) y editoriales (subjetivas).
No le alcanza a ese asesor para comprender que las comunicaciones se componen de ambos elementos. Es decir, una nota informativa tiene una porción de subjetividad y un artículo editorial puede ser muy objetivo.
Pero atengámonos a la diferencia entre opinión e información de la que parte ese razonamiento presidencial y volteemos la tortilla hacia el propio emisor.
¿Qué pasó entonces con las mañaneras de AMLO?
Originalmente, iban a ser sesiones “informativas” del Presidente, para dar a conocer al pueblo bueno y honesto, de manera clara y directa, lo que iba haciendo su gobierno por el bien de todos los mexicanos.
Pero ahora se convirtieron en un foro público desde el cual Andrés Manuel López Obrador da a conocer sus enojos en contra de quienes lo critican o de los que señalan corruptelas de sus colaboradores o familiares.
Y es una tribuna desde la que exonera a sus cercanos con la simple emisión de su palabra salvificadora.
¿Que López Gatell ha cometido yerros criminales en el tratamiento de la pandemia?
No es cierto, dice el Patriarca, y lo condecora con el mote de “el mejor científico del mundo”.
¿Que sus familiares hacen negocios al abrigo de su poder?
Para nada, se indigna el líder moral de la 4T, y los declara inocentes porque son honestos, igual que él.
¿Qué acusan a varios de sus amigos cercanos de ser acosadores?
Bah, son los mercenarios y sobre todo las mercenarias compradas por el conservadurismo, por los adversarios de la Cuarta Transformación, pontifica don Andrés Manuel.
Y así por el estilo.
¿Y la información que nos iba a dar el Presidente de la República todos los días muy temprano? ¿Y las acciones y modificaciones para que al pueblo llegara el ansiado bienestar? ¿Y los castigos contra los corruptos? ¿Y la inseguridad que iba a ser domeñada? ¿Y las mejoras sustanciales en todos los terrenos?
Tal vez lo que pasa es que AMLO no tiene nada que decir… y sólo le queda opinar y pelearse.
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