López Obrador, presidente de México, se siente con el derecho de insultar no sólo a los periodistas mexicanos, a los empresarios de este país, sino además a los funcionarios de otros países. En su conferencia mañanera, ardido porque le rechazaron al presunto acosador Pedro Salmerón como embajador de México en Panamá, el presidente dijo: «Lo propusimos para embajador de Panamá y como si fuese la santa inquisición la ministra o canciller de Panamá se inconformó que porque estaban en desacuerdo».
¿Qué le está diciendo el presidente a la canciller? Sólo baste decir que las torturas más sádicas fueron practicadas por la Santa Inquisición. Pues con todo y los insultos, Panamá rechazó a Pedro Salmerón y ahora López Obrador tendrá que proponer a Jesusa Rodríguez; algo peorcito que Salmerón.
La canciller de Panamá, Érika Mouynes, quien se describe como feminista, ha preferido no hacer comentarios al respecto, pues sabe que López Obrador se ha destacado por ser un presidente que le gusta practicar el bullying mediático. Precisamente lo que López Obrador hace es violencia de género, pues está calificando como represora a una mujer que merece todo su respeto.
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