Caminar

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Caminar FOTO: WEB
- en Opinión

Alberto Calderón P.* / Al iniciar el año uno de los propósitos renovados del calendario, me propuse iniciar una rutina, salir a caminar todos los días, busqué un pantalón deportivo, sudadero y mis tenis listos para tomar la calle y llegar temprano al parque: respirar el aire puro, recorrer las calzadas con jardines llenos de plantas floreciendo, de enormes árboles y cruzando los patos y otras aves de agradables cantos.

Así lo hice las dos primeras semanas, las siguientes con el apoyo de la caminadora, ese instrumento que surgió en las cárceles del Reino Unido en el siglo XIX, la verdad nunca me imaginé que en sus inicios fuera un aparato parecido a un cilindro horizontal, sobresalían a lo largo una especie de escalones, en realidad eran aspas que generaban una fricción provocando con ello la molienda de granos o bombear agua. Esta caminadora era el castigo a los prisioneros por sus fechorías, eran formados horizontalmente subían a esos interminables escalones se sujetaban de las manos por una barra. Empezaban a caminar y el cilindro daba vueltas, con la supervisión de un capataz, así emprendían su travesía en la caminadora por unas seis horas como lo mencionan los investigadores, al termino del cual los caminantes terminaban exhaustos, molidos, después de haber escalado por horas, esta práctica de tortura perduró en Los Estados Unidos y el Reino Unido hasta 1898, cuando consideraron la crueldad de esas primeras caminadoras, pero regresó para quedarse al patentarse en 1911, y empezar sus fines físicos en 1913, siguen reproduciéndose y mejorando para caminar y trotar, algunas con relojes digitales que indican varias funciones. Bueno así es como ahora tomo un audiolibro, música o una serie o simplemente en silencio prendo la caminadora y a caminar, como es que la comodidad me permite ejercitarme en casa, no sé cuánto durará, eso me remontó a otro recuerdo hace uno o dos años compré el libro Caminar, una filosofía. Ahí me encontré con muchas curiosidades sobre el caminar y los caminantes.

Nietzsche decía que el prefería estar sentado el menor tiempo posible, que los pensamientos tenían que nacer al aire libre, moviéndonos en libertad. El filósofo inició con unos fuetes dolores de cabeza, pidió reducir su carga de catedrático en la universidad, debido al padecimiento que mitigaba al caminar largo rato para distraer la mente de los martillazos en la cabeza, así nació su afición por caminar, por algún tiempo lo hacía a orillas del lago Lemán, en la frontera entre Francia y Suiza. Realizaba recorridos a pie hasta de seis horas por gusto. Ya quisiera poder hacerlo al menos con un ritmo constante durante una hora, sin que me persiga el cansancio y se me salga el agua por los poros.

Es así como caminando en silencio, sin distractores te encuentras con ideas pensamientos como el de hoy que surgió a partir de pisar constantemente la cinta de caucho que gira al parecer incansable, hasta que le dices ¡basta! Al hacerlo es como si regresaras al mundo presente después de haberte fugado con los pensamientos y estos fueran brotando a medida que avanzas. Una vez que tenga una mayor resistencia volveré a tomar el adoquín y caminaré libremente entre los árboles como lo hacía Juan Jacobo Rousseau, “bueno esas son palabras mayores”, el recorría grandes distancias por falta de recursos y por su temperamento caminaba entre varias ciudades francesas entre Lyon y París, por ejemplo, pero se tienen registros de larguísimos recorridos entre los bosques y veredas. Nunca está por demás decir que los migrantes engañados, enganchados algunos de ellos en busca de un mejor futuro se arriesgan con sus familias en caminatas larguísimas que cruzan países en condiciones de alimentación escasa, en travesías donde las ampollas y el asfalto llegan a hacerlos desistir de su propósito a muchos de ellos. Como vemos: unos por gusto, otros como propósito para mejorar la salud, algunos más obligados por las circunstancias. El siempre será nuestro motor para trasladarnos y este debe estar en las mejores condiciones, así que los nuevos caminantes no se rindan, adelante.

 

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores. ((REVECO)

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