Cuando el presidente López Obrador habló sobre el asesinato de Remigio Tovar, candidato a la presidencia municipal de Cazones, Veracruz, fue directo y enfático al señalar al probable asesino: «Acabamos de resolver o está en proceso de saberse que a uno de los candidatos que asesinaron en Veracruz, en el municipio de Cazones, Veracruz, ¿se acuerdan?, antes de la elección, bueno, pues uno de los posibles involucrados, de acuerdo a las investigaciones, era su jefe de campaña, para él quedarse como candidato y ganar. No queremos eso, esos horrores».
Ahora que al presidente le llevan el tema de Lourdes Maldonado, la periodista asesinada en Tijuana, y como uno de los señalados es su amigo Jaime Bonilla, el presidente dice: «No es responsable adelantar ninguno juicio, hay que esperar y ver quiénes estaban informados. No dejar de considerarlo político porque siempre hay confrontación, hay diferencias y siempre se busca perjudicar a adversarios, entonces se tiene que hacer una investigación a fondo se está llevando a cabo esta investigación, como todas».
Es decir, si se trata de un adversario político, si se vale pasar por encima de la presunción de inocencia, pero si se trata de un amigo, de un militante de Morena, entonces «no es responsable adelantar ningún juicio». ¿Estará enterado el presidente que cuatro días antes de ser asesinada, Lourdes Maldonado había ganado un litigio laboral con una de las empresas de Jaime Bonilla, la cuál había sido embargada a su favor?
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