Le agarró la noche al gobierno de Veracruz con el caso de la detención del secretario del Senado, José Manuel del Río Virgen, luego de que un juez le dictara prisión preventiva por su presunta participación en el delito de homicidio doloso calificado. La respuesta fue inmediata por parte de dos senadores de alto talante político, como lo son Dante Delgado y Ricardo Monreal, quienes determinaron formar una Comisión Especial para investigar el caso de violaciones de derechos humanos de algunos reclusos, con la intención, en caso extremo, de pedir la desaparición de poderes en el estado.
El asunto ha escalado las altas esferas, al grado de involucrar al Ejecutivo federal, ya que tomó partido, señalando que el gobernador veracruzano no sería capaz de cometer una injusticia. Poco después añadiría con no pasaría nada en Veracruz, en clara referencia a la comisión que impulsan los dos exgobernadores. Sin embargo, con lo que no contaban es que han surgido varios ciudadanos denunciando atropellos a sus derechos humanos y claras violaciones en sus detenciones y acusaciones.
Lo cierto es que la recomendada del secretario de gobierno, Verónica Hernández Giadáns, quien despacha como titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), se encuentra en el ojo del huracán. Ya que se sabe han surgido muchas denuncias por el dichoso delito de ultrajes a la autoridad. Ni hablar, los arrebatos y soberbia salen muy caros, ojalá y el inquilino del palacio de gobierno del estado esté aprendiendo una valiosa lección.
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