El infierno es un enorme valle cónico y está dividido en nueve niveles o círculos, cada cual más profundo y estrecho que el anterior. Para llegar hasta él hay que cruzar el río Aqueronte y las almas lo hacen en la barca de Caronte. Así describe el infierno Dante Alighieri en La divina comedia. Sin embargo, para los veracruzanos el infierno es cuando comienzan aparecer muertos colgados en los puentes peatonales o bolsas con desechos humanos en las principales avenidas. Es un secreto a voces que los grupos delincuenciales se pasean con el beneplácito de las autoridades de seguridad por Acayucan, Soconusco, Oluta, Sayula, Texistepec, Jáltipan, Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos.
Prueba de ello es que apenas en esta semana aparecieron nueve personas asesinadas en el sur de Veracruz y el día de hoy sábado, los veracruzanos se levantan con la aparición de otros cuatro cuerpos en el poblado de Rinconada. Resulta muy sospechoso que se estén dando la aparición de personas asesinadas en el marco de enfrentamiento entre el gobierno de Veracruz con un grupo de poderosos senadores. Lo peor de todo es que el gobierno de Veracruz siga diciendo que no hay de qué preocuparse, que no pasa nada, ya que esto se debe a la lucha que han tenido contra los grupos delincuenciales.
No obstante, las acusaciones que ha lanzado un grupo delincuencial en contra del segundo a bordo en el gobierno estatal, acusándolo de apoyar a un bando de maleantes, no son poca cosa. Ojalá y que con esta información, el presidente de México entienda que los veracruzanos, ante este escenario dantesco, son los más preocupados y sólo esperan que no haya daños colaterales que dañen a la ciudadanía. Desde luego que, para ello, el presidente debe exigirles resultados a los encargados de cuidar a los veracruzanos.
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