Justicia

Justicia
Justicia FOTO: WEB
- en Opinión

Salvador Muñoz / Es posible que el término tenga otras definiciones propias de quienes se encargan de su estudio y de su aplicación; para quienes la claman, pudiera tener el nombre de Ausencia y Abandono con el apellido de las instituciones encargadas de darla; para quienes la reciben, es la obtención de lo que se merecen; pero cuando se aplica en Políticos, pareciera que la Justicia tiene más cara de Venganza; es entonces que se habla de Presos Políticos o Políticos Presos. 

Impregnar con esta idea de Justicia emparentada con Venganza a la detención de un personaje de la farándula política a la sociedad que se acerca a los menesteres del ejercicio del poder, ya sea por curiosidad, interés, trabajo o por circunstancia, lleva a la decepción, incertidumbre y recelo contra las autoridades que se involucran: Fiscalías, Juzgados, Poder Ejecutivo, Legislativo, y los que salpiquen. 

¿Por qué? Porque cuando se detiene a un político, hay dos bandos: los que hablan de la aplicación de las Leyes y de los que hablan del torcimiento de las Leyes. 

En torno a la detención de un político, no deja de haber una bifurcación en su entorno y depende mucho, la percepción que se tenga de éste. 

Por un lado, puede haber un festín popular, propio del sentir social de un pueblo que ve la mayor parte de las veces al político como un ente que usa el cargo para enriquecerse. Ser testigo de la caída del poderoso en el lugar que muchas veces se consideró un espacio para el pobre y desafortunado, la cárcel, es una victoria para el Pueblo y de vez en cuando nuestros gobiernos tienden a darnos este Pan y Circo como un remanso a nuestros resentimientos sociales. 

Por otro lado, a otra parte de la sociedad le cuesta trabajo creer en sus autoridades, en sus gobiernos, en sus representantes, por eso, es más fácil victimizar a un político que condenarlo, si no me cree, sólo recuerde el caso de Javier Duarte de Ochoa, quien a pesar de haberse convertido en el villano favorito de México, no faltó que por un momento ocupara el espacio de Chivo Expiatorio de todo un sistema y partido involucrado en la corrupción: Mejor que cayera un Gobernador a todo un Sistema. 

Casos varios hay donde la aplicación de las Leyes en aras de impartir Justicia se vieron envueltos en celofán de Venganza, como cuando fue detenido La Quina… como cuando fue detenido Dante Delgado Rannauro… como cuando fue detenida Rosario Robles… y como ahora dicen han sido detenidos Rogelio Franco Castán, Tito Delfín Cano y recientemente José Manuel del Río Virgen, por citar algunos casos. 

Llevar tras las rejas a un político desencadena, como lo dijimos líneas arriba, decepción, incertidumbre y recelo de una sociedad hacia las autoridades que se involucran por un pensamiento simplista generado por el choque de opiniones de las partes involucradas, como en el reciente caso de Del Río Virgen, donde se habla de un revanchismo político de un Gobernador y donde la Fiscalía sostiene que tiene los pelos de la burra para encarcelar a su sospechoso: si eso lo hacen con un poderoso, qué no harán con un ciudadano común y corriente. 

El precio a pagar sigue siendo el mismo cuando la Justicia y las Leyes se llevan a la arena de la politiquería: aumenta la falta de credibilidad en el político, en los gobiernos, en los poderes… por eso quizás sea más fácil creer en un Loret de Mola, en un Brozo, en un AMLO en sus mañaneras, ¡o en la Tía Justa! quien al menos en su nombre, ya da a cada quien, lo que merece. 

[email protected] 

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *