El gobierno del cambio no ha podido con el desastre educativo que se viene arrastrando de gobiernos pasados. Hasta el momento destaca la inexperiencia de la actual titular, quien llegó al puesto por una decisión política y no precisamente por su experiencia curricular o por su caminar en la administración educativa. Resulta paradójico que el gobierno del presidente López Obrador siga empecinado en manejar un discurso de apoyo a la educación, mientras sigue reduciendo su presupuesto.
Desde luego que el Gobierno Federal se justifica al decir que se han destinado millones, tanto a infraestructura y becas, que como muchos especialistas lo saben, no necesariamente cumplen con este objetivo. Por otro lado, la desvaloración de los maestros es evidente, se ha dejado de verlos como el gran motor de la superación de la educación y como la palanca del progreso del país y sólo se han convertido en un grupo que sólo requiere ser actualizado y profesionalizado.
Uno de los errores de la maestra Delfina Gómez es que puso en puestos claves a especialistas lejanos al aula y del quehacer educativo. Ojalá y que recompongan la ruta, de otra manera la SEP tendrá un grave descalabro, pero lo que es peor, el rezago educativo seguirá como un lastre en la administración del cambio.
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