Desde luego que el Gobierno Federal se justifica al decir que se han destinado millones, tanto a infraestructura y becas, que como muchos especialistas lo saben, no necesariamente cumplen con este objetivo. Por otro lado, la desvaloración de los maestros es evidente, se ha dejado de verlos como el gran motor de la superación de la educación y como la palanca del progreso del país y sólo se han convertido en un grupo que sólo requiere ser actualizado y profesionalizado.
Uno de los errores de la maestra Delfina Gómez es que puso en puestos claves a especialistas lejanos al aula y del quehacer educativo. Ojalá y que recompongan la ruta, de otra manera la SEP tendrá un grave descalabro, pero lo que es peor, el rezago educativo seguirá como un lastre en la administración del cambio.