Así la pureza de los morenos en Tamaulipas, donde el Cártel del Golfo tiene ganado su territorio. Resulta que Gastón Arriaga, líder de Morena en ese estado, quien ha trabajado en los consejos vecinales y electorales de Morena, un día gritó lo que tenía en el corazón: «Y arriba el Cártel del Golfo, putos». Por supuesto, los honestos de Morena minimizaron el hecho señalando que «cada quien es responsable de sus borracheras». ¿En serio? ¿Se trata de una borrachera?
Más bien parece el grito de guerra de un sujeto que siendo parte de las huestes el Cártel del Golfo se ha infiltrado en las filas de Morena. Pues este sujeto, antes que ser alejado del partido o expulsado, lo han jalado para que participe en la mesa principal de la primera plenaria de legisladoras y legisladores morenistas, junto a la presidenta de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, Bertha Luján.
Es decir, no es cualquier militante, es parte importante de la organización de ese partido en Tamaulipas. Pero a quién le importa eso, si el presidente bien pudo liberar a un hijo del Chapo Guzmán, cualquiera de Morena puede lanzar vítores a cualquier cártel del narcotráfico sin que pase nada.
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