En cuanto a su desempeño, la Fiscalía de Veracruz se encuentra entre los últimos tres lugares, con un índice de desempeño del 36 por ciento, mientras que en Nuevo León es del 68 por ciento. En Veracruz, por ejemplo, según los datos analizados por los investigadores de Impunidad Cero, hay un 95 por ciento de probabilidades de que un homicidio doloso quede en la impunidad. Como bien hemos señalado, Verónica Hernández Giadáns está puesta en la Fiscalía para obedecer los caprichos y las venganzas personales del gobernador y de su patrón el secretario de Gobierno.
Por lo que su desempeño poco importa, mientras ella siga cumpliendo las órdenes del Ejecutivo. Pero no sólo eso, a la fiscal espuria también se le ha pedido que investigue a sus parientes. La primera, una prima vinculada a grupos del narcotráfico en el sur de Veracruz. El segundo es su hermano, quien operaba desde su notaría para Fabián Cárdenas Sosa, quien ha sido vinculado a proceso por el delito de secuestro agravado. Verónica Hernández Giadáns solamente se escuda en su dicho: «A la familia no se le escoge». Y a ella, ¿quién la escogió? Los veracruzanos no.