Una vez que se dieron los resultados de las elecciones del 6 de junio, quedó claro que las posiciones que peleó y gano Guzmán Avilés para los suyos, terminaron en manos de Morena; ese era el trato. Dice Joaquín Guzmán Avilés, quien busca reelegirse en la dirigencia estatal del PAN: «En la historia del PAN jamás se había visto dividido el grupo legislativo, vimos cómo se dividió, esto es lo que queremos evitar, que en el PAN haya divisiones, en el PAN no hay grupos, no hay personas, no hay familias».
Se le olvida al Chapito que esa división la originó él y sus diputados, todo por el entreguismo del dirigente al partido de Cuitláhuac García. Pregona y pregona Guzmán Avilés, como si ese fuera su estandarte de guerra, que son los Yunes los que se quieren adueñar del partido; pero los hechos muestran que es él quien quiere adueñarse del PAN, pero no para beneficio de sus militantes, sino para provecho de los morenos.