Lo cierto es que el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, sabe muy bien que si pasa por el escrutinio de los veracruzanos en este supuesto ejercicio democrático, tendría que ir haciendo sus maletas. Lo cierto es que, si existiera un poco de congruencia en el gobernador de Veracruz, tendría que permitir que su trabajo como gobernante fuera evaluado por la sociedad veracruzana.
Además, la gran mayoría de la población mexicana, incluida la de Veracruz, sabe que la revocación de mandato promovida por el propio presidente no es más que una estrategia para darle oxígeno a una vapuleada Cuarta Transformación. De modo que si el gobernador veracruzano, de verdad considera que es importante la revocación de mandato, tendría que permitir ser evaluado él mismo.