Para muchos el contubernio que existe entre Joaquín Guzmán Avilés y el gobierno estatal queda muy claro. Así actuó en su primer periodo, tratando de nulificar al grupo de los Yunes, quienes son considerados por el gobernador Cuitláhuac García, como acérrimos enemigos. Incluso, desde las oficinas del Chapito salieron impugnaciones contra los propios candidatos del PAN. Los resultados están a la vista. Gracias a Joaquín Guzmán Avilés y sus servicios al gobierno de Morena, la bancada panista en el Congreso de Veracruz está famélica, con sólo 9 diputados locales.
Lo mismo ocurrió en las alcaldías, donde muy pocos candidatos panistas lograron alcanzar el triunfo gracias a la habilidosa manera del Chapito de operar a las contras. Pues a pesar de esos resultados Joaquín Guzmán Avilés buscará repetir en la dirigencia estatal. Dice el Chapito moreno: «Tiempo atrás sólo veían sus intereses personales o grupales, designando las candidaturas a modo por todo el estado»
Lo dice y se muerde la lengua, pues sabe que él no sólo ve sus intereses de grupo, sino que además quiere repetir para velar por los intereses de Morena. Pero en fin, tiene derecho a aspirar, allá los panistas si le quieren dar su confianza.
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