Octavio Ocaña manejaba su camioneta en estado de ebriedad, los policías le hicieron el alto, el joven actor no se detuvo, aceleró y terminó estrellando su auto. Todo esto ocurrió en el municipio de Cuautitlán Izcalli. El joven murió de un balazo, no por el choque. Los policías dicen que ellos no dispararon, pero en las fotografías se ve la sangre provocada por el disparo en el cuerpo del joven, además de un arma a un lado de él.
Esta situación genera muchas suspicacias, pues mientras los policías afirman no haber disparado, alguien le debió disparar a Octavio Ocaña. Los dos acompañantes del joven actor están con vida y se espera, si es que no hay coacción por parte de los policías, que en su declaración aclaren todo este misterio. La comunidad artística de México ya muestra su pesar por la muerte del joven actor.