De inmediato le concedieron el arresto domiciliario y ahora hasta lo dejan salir a donde él quiera, incluso a un restaurante de lujo a disfrutar una cena con cargo al erario púbico. Lourdes Mendoza, columnista de El Financiero publicó fotos de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex: «Aún con brazalete el criminal confeso, Emilio Lozoya, se da la gran vida, Hunan de las Lomas, obvio, gracias a la protección de la Fiscalía General de la República. Además, le miente al juez de lo civil diciendo que está arraigado!!!!».
Nos queda claro, lo que menos le importa al presidente López Obrador es acabar con la corrupción, lo que a él le interesa es batirse en ella.