«Ahora no serán cambios significativos. Tenemos que buscar la forma de que la reforma laboral marche bien, porque cuando se planeó, todo el mundo dijo que era para democratizar la vida sindical, abrir paso a los sindicatos independientes y darle poder al trabajador. Pero la corrupción no se ha acabado», señaló. En los próximos tres años, la Comisión del Trabajo y Previsión Social en la Cámara de Diputados impulsará el fortalecimiento del sindicalismo.
Será casi natural, dice, Baldenebro Arredondo. Lo cierto, es que el descontento crece en los afiliados de varios sindicatos, especialmente en el de los maestros (léase SNTE), ya que el tortuguismo de Luisa María Alcalde en la Secretaría de Trabajo fue evidente, eso sin contar los arrumacos entre la propia SEP y el SNTE cepedista, ha hecho que los maestros se organizasen para pedir elecciones libres, parejas y, sobre todo, limpias.