Jenneffer le tomaba fotos a su dedo infectado y comentaba: «Dejó de sentir dolor en las uñas, pero para mí era normal. No fue gran cosa. Después de sentir dolor, un día mi dedo comenzó a hincharse mucho y no pude trabajar. Al día siguiente fui directamente al hospital. No serviría de nada ir a la manicura». Finalmente fue a ver a un médico que le dio un antibiótico y un desinflamatorio, fue entonces que el dedo empezó a supurar pus.
Jenneffer Souza tuvo que ser internada en un hospital, donde le dijeron que tenía una infección bacteriana muy avanzada y que no quedaba de otra que amputarle parte del dedo. Hoy Jenneffer lamenta no haberse tratado a tiempo la infección, pero sobre todo lamenta haberse puesto esas uñas postizas de acrigel, que agravaron más la infección.