Pero llama la atención que en el 2008 se sumó a la resolución de la SCJN que establecía que los grupos parlamentarios deben representar a los ciudadanos y no a los partidos, en esa ocasión la funcionaria apoyaba con todo esa resolución.
Sin embargo, la funcionaria ahora se encuentra contra la pared, ya que como dijimos al principio, no es lo mismo ser borracho que ser cantinero. Y es que la flamante presidenta del Senado está ante un dilema: ser fiel a su legado judicial o ser fiel a la 4T. Pero a como están las cosas, no dude por un momento que la Señora Presidenta, terminará traicionándose así mismo.