Nos guste o no, México sigue siendo el patio trasero de los Estados Unidos; nunca antes se había visto un repliegue tan numeroso de tropas en la frontera sur con la firme intención de impedir el paso de los emigrantes hacia la frontera norte del país. Se necesita ser muy ingenuo para ignorar que la presión del gobierno de Biden para que el gobierno de la 4T asuma el papel de empleado del gobierno de las barras y las estrellas. ¡Vaya!, ni con Felipe Calderón ni con Peña Nieto se observó la fiereza y la dureza que se ha mostrado, contra aquellos que pretenden cruzar la frontera mexicana y continuar su peregrinar a Estados Unidos.
El mismo Lorenzo Meyer ha reparado en esta acción, resulta que el buen letrado académico, el 7 de septiembre escribió en su cuenta de Twitter: «Nuestro gobierno manda barcos de su armada con ayuda a Haití, pero también manda al INM y a la Guardia Nacional a impedir, incluso a golpes, que haitianos y otros salgan de Tapachula rumbo al norte. Debe ser fuerte la presión de Washington para obligar a México a esta contradicción».
Desde luego que el jefe máximo de la 4T salió inmediatamente a decir: «Le digo a mi maestro, con todo respeto, que nosotros no nos dejamos presionar por ningún gobierno extranjero, que nosotros actuamos con apego a los principios de nuestra política exterior. O sea, a lo mejor él imagina que si se dieron estos casos en el sur es porque nos está presionando el gobierno de Estados Unidos. No aceptamos presiones de ningún gobierno, México es un país independiente, soberano y somos más libres que nunca». Cómo ve usted, seguramente el presidente piensa que los mexicanos nos vamos a chupar el dedo creyendo algo que resulta difícil de creer.
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