Una vez con el recurso, Álvarez Puga usaba otras empresas fantasma para simular servicios y contratos. Estas empresas eran Arromlop, Rancel, Modeno, Comcelint, Gupea, Tangamanga, todas ellas en la lista negra del SAT.
A pesar de eso las autoridades dejaron operar a Manuel Álvarez Puga, quien se ocupó en lavar miles de millones de dólares, quedándose por supuesto con su comisión que le alcanzaba para comprar la casa de Cher en Miami o la colección de bolsos de su esposa Inés Gómez Mont o la vida de lujos que se daban por el mundo con dinero ilícito. De momento esta pareja ya está siendo buscada por la FGR por los delitos de lavado de dinero, peculado y delincuencia organizada.