Lo que llama la atención es que nos habían dicho que la venta del avión iba a ser muy fácil, que había muchos millonarios que lo querían comprar. Al darse cuenta que nadie quería comprar semejante armatoste, idearon rifarlo. Se hizo la rifa del Avión Presidencial, pero sin avión, sino con premios de 20 millones de pesos; por cierto, hay ganadores a los que no se les han pagado esos 20 millones de pesos.
Y todavía se les ocurre rifar el 15 de septiembre las propiedades de los narcos. ¿Habrá imbéciles que se atrevan a comprar esos boletos? Claro, en este país los imbéciles sobran. Por cierto, ese Avión Presidencial los seguiremos pagando los mexicanos hasta el 2027.