El presidente cree que a estas alturas ha conseguido un cambio, una transformación en el país, sin embargo, ese cambio, esa transformación para muchos no se advierte. Lo que sí ha conseguido el presidente es dividir al país. Sus críticos, sus adversarios directos, incluso sus enemigos, están muy activos en las redes sociales, en los medios de comunicación, contradiciendo esa realidad con cifras escalofriantes que las mismas instancias gubernamentales hacen públicas.
Por otro lado, entre sus seguidores el presidente sigue manteniendo una presencia fuerte; más del 60 por ciento de los mexicanos sigue considerando que López Obrador está haciendo las cosas muy bien. Sin embargo, esos que siguen apoyando a Andrés Manuel, se han portado demasiado pasivo. Un ejemplo de esa pasividad se advirtió en la famosa consulta para enjuiciar a los expresidentes.