López Obrador, «no es mi fuerte la venganza». Al contrario, sí es su fuerte la venganza, pregunten a Rosario Robles, Loret de Mola, Brozo, Reforma

Caos
Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

Desde que iniciara su sexenio el presidente ha tenido una cantaleta que ya cansa: «Tengo otros datos»; «No somos como los otros»; «se acabó la corrupción en el gobierno» y «no es mi fuerte la venganza». Esto último ha dicho en el caso de Ricardo Anaya, quien está siendo investigado por la Fiscalía General de la República y a quien seguramente le girarán orden de aprehensión. En un mensaje en sus redes sociales el presidente ha dicho: «No tengo nada que ver con la persecución que supone Ricardo Anaya. No es mi fuerte la venganza. Si la Fiscalía y el Poder Judicial lo acusan de corrupción y es inocente, que no se ampare ni huya; que se defienda con pruebas y con la fuerza de la verdad. Ya no es el tiempo de antes: puede haber políticos presos pero no presos políticos».

«No es mi fuerte la venganza» es quizá la más grande mentira del presidente López Obrador. En estos tres años López Obrador se ha estado cobrando fuertes agravios. Que le pregunten a Rosario Robles, a Carlos Loret de Mola, al periódico Reforma, que le pregunten a Brozo y a todos esos empresarios que invirtieron en el aeropuerto de Texcoco.

No estamos diciendo que el presidente no tuviera motivos para cobrar afrentas. En el caso de Rosario Robles motivos sobran, pero que no venga a decir el presidente que él es una blanca paloma y que «no es su fuerte la venganza»; los mismos de su gabinete saben que el presidente es rencoroso, muy rencoroso.

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