Cuitláhuac e Hipólito incumplieron su deber y la ley

Cuitláhuac
Después de la tormenta, Cuitláhuac García e Hipólito Rodríguez recorren las zonas de desastre que dejó el huracán Grace FOTO: WEB
*Ocho muertos y tres desaparecidos herencia de Grace
*No existe infraestructura para evitar las inundaciones

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / LAS GRAVÍSIMAS inundaciones y daños humanos y materiales provocados por el huracán “Grace” a su paso la Entidad, dejaron en claro, además de 8 muertos y tres desaparecidos, un hecho que no tiene desperdicio: ni el alcalde de Xalapa ni el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez se han preocupado ni por la capital del Estado ni por el territorial Estatal en su conjunto, aun cuando en la soflamera foto del titular del Ejecutivo, en la comodidad de su confortable despacho se le observa viendo una Tablet (colocada exprofeso para la cámara) siguiendo el paso del torbellino, y luego, tras las crítica en redes, sacando agua de una casa inundada con un botecito, lo que demuestra que simular se ha convertido en el sino de esta administración que pretende hacer creer algo que no es verdad, ya sea con palabras, gestos, acciones y fotografías, y hasta declaraciones como la promesa de esclarecer crímenes cuyos expedientes siguen durmiendo el sueño de los justos, mientras se jura y perjura que la criminalidad va a la baja argumentando vanamente que los secuestros, feminicidios y asesinatos que se perpetran actualmente son culpa del ex fiscal Jorge Winckler Ortiz, incapaces las autoridades en funciones de asumir su responsabilidad. Por ello ahora que “Grace” atravesó el Estado con fuerza devastadora puso en evidencia la simulación política de los gobiernos emanados de MoReNa y de todos los partidos, a quienes por años ha preocupado más que la sociedad vea las obras de relumbrón que realizan, soslayando aquellas que no son vistosas, como los colectores en ciudades propensas a las inundaciones, reparación y ampliación de las redes de drenaje, ollas colectoras de agua pluvial para el campo y evitar peligrosos escurrimientos y un sinfín de infraestructura que además de fortalecer presas, evitaría que muchas ciudades padecieran inundaciones, pérdidas de viviendas e, incluso de vidas, y bastaría aplicar la ley de protección civil que prohíbe los asentamientos en zonas de alto riesgo. Y es que vidas inocentes podrían salvarse si en Veracruz se aplicaran las normas y no solo se simulara, como el deceso de 8 personas y tres desaparecidos en Xalapa debido a deslaves que se produjo en la capital del Estado por las persistentes lluvias que cayeron por el paso de los remanentes del huracán, incidente ocurrido la madrugada y parte del sábado.

SIN DUDA, al alcalde electo, Ricardo Ahued Bardahuil le esperan retos importantísimos debido a la indolencia de su antecesor, y acaso no anda mal cuando comenta que entre sus primeras acciones está resolver las inundaciones sobre la avenida (carretera) Lázaro Cárdenas que presenta al menos cuatro focos de inundaciones en tiempo de lluvias, entre otros Las Trancas, frente a Plaza Animas, a un costado de Tesorería y un poco más allá, esta última tendrá que ser resuelta en coordinación con el ayuntamiento de Banderilla, porque la capital del Estado se torna un caos en temporada de tempestades, aunque habría que iniciar trabajos de resarcimientos en zonas de alto riesgo habitadas por familiares pobres, sobre todo en las pendientes de los cerros que suelen desgajarse y provocar verdaderas tragedias. Ahí tal vez deben construirse muros de contención, y donde sea necesario el reacomodo, el ayuntamiento debería adquirir terrenos planos para que esas familias construyan en esos sitios sus viviendas con créditos baratos. Y es que se puede hacer tanto por la ciudad cuando se tiene la voluntad de servir, aunque a las autoridades actuales no se les puede exigir mayormente ya que mientras Cuitláhuac García Jiménez es producto de la causalidad y del arrastre del, ahora, Presidente Andrés Manuel López Obrador que lo llevó al poder, aun cuando era un neófito (y sigue siéndolo) en asuntos del Estado, ahora se vanagloria de que le ganó la elección a Miguel Ángel Yunes Márquez, lo que mueve a risa debido al atrevimiento, mientras que del alcalde de Xalapa, que decir de semejante mueble que es como el burro que tocó la flauta.

Y ES que existen infinidad de alternativas para el control de inundaciones que van desde las clásicas soluciones estructurales como la construcción de presas, drenado de cauces o la construcción de bordos longitudinales, hasta las no estructurales como la elaboración de sistemas de alerta temprana, planes de desarrollo urbano incluyendo el ordenamiento territorial de las zonas urbanas. No es secreto que debido a sus condiciones geográficas, México experimenta el embate de una gran variedad de fenómenos naturales, entre ellas fenómenos hidrometeorológicos tales como ciclones tropicales, frentes fríos, entrada de aire húmedo, los cuales ocasionan lluvias intensas que pueden provocar inundaciones, deslaves u otros efectos de esa naturaleza. Por otro lado, el País también enfrenta problemas que se podrían denominar no estructurales, tales como: ambientales, entre los que se pueden citar la deforestación, obstrucción o desvío natural de cauces, cambio en el régimen de escurrimiento, cambio climático, y técnicos, como la pérdida de capacidad del personal para identificar, evaluar y determinar los riesgos producidos por corrientes fluviales, aludes, o flujos con una alta concentración de lodos, así como la falta de planes de atención a emergencias y programas de prevención y apoyo. Por ello es urgente el ordenamiento territorial y la administración de riesgos por inundaciones, la contratación de seguros contra desastres naturales (desaparecidos por el ahorrador Presidente López Obrador) y el establecimiento de reglamentos de construcción más severos, pues aunque en varias leyes existen criterios adecuados en cuanto al ordenamiento territorial, ha faltado voluntad política para enfrentar la problemática que la reubicación presenta. Y todo ello ocasiona que las inundaciones se conviertan en un problema extraordinario debido a que su frecuencia de ocurrencia es mayor a la permanencia de las autoridades municipales y/o estatales, y éstas no lo visualizan con la importancia debida dentro del plazo de su encargo, por lo que toman decisiones sin evaluar los efectos en el mediano y largo plazos (como permitir construcciones en zonas inundables), y en muchos casos como en el de Cuitláhuac García e Hipólito, ni les interesa.

DICE EL Código Penal del Estado en su Artículo 319 que: “Se impondrán de uno a ocho años de prisión y multa hasta de doscientos días de salario al servidor público que deje de cumplir con los deberes inherentes a su empleo, cargo o comisión en perjuicio de los derechos de un tercero o en beneficio propio o ajeno”, y se quiera o no aceptar, el actual Gobernador y los secretarios del ramo como el de Protección Civil y Gobierno asi como el alcalde no han hecho nada por remediar la grave situación de miles de familias que habitan zonas de alto riesgo. Pero la sanción también es para los servidores públicos que retarden u obstaculicen la prevención, investigación, sanción y reparación, de los delitos contra la familia y violencia de género, mediando discriminación o que incurran en acciones u omisiones que tengan como consecuencia la perpetuación de las condiciones que faciliten la comisión de estos delitos, a estos se les impondrán de cinco a quince años de prisión e inhabilitación para el ejercicio de empleos, cargos o comisiones hasta por el mismo tiempo. En fin, la propia ley castiga la indolencia o indiferencia oficial hacia los grandes conflictos que afectan a los gobernados, y bastaría que un particular interpusiera demandas para que se obligara a estos ineptos a asumir sus responsabilidades en lugar de echar culpas al pasado. Y es que de nada sirve que el Gobernador lamente que hay más de 20 municipios afectados en el Estado por caídas de árboles, anegaciones en calles y pasos vehiculares, falta de energía eléctrica, caída de postes, etcétera”, cuando una vez que pasen los efectos del Huracán volverá a apoltronarse en su mullido sillón de palacio a ver caricaturas, o cogerá nuevamente su machete para tomarse una fotografía y hacer como que trabaja en una burda simulación que ya no se la cree ni su familia. Así las cosas. OPINA [email protected]

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