Los casi tres millones de casos confirmados y cerca de las 250 mil defunciones por covid, no afectan la determinación que el presidente tabasqueño ya tomó. En un contexto de incertidumbre, millones de padres de familia tendrán que tomar la decisión final de mandar a sus hijos a clases presenciales.
Por otro lado, los representantes sindicales, en lugar de asumir un papel como garante de los maestros, han tomado una postura timorata y convenenciera cerrando filas con la decisión del presidente López Obrador. Ojalá y que de verdad el Gobierno Federal tenga un plan definido para el regreso a clases presenciales, aunque conociéndolos, lo más seguro que estén improvisando el regreso a las aulas.