Hay demasiada información para suponer que César Julián Herrera Víquez, un productor audiovisual costarricense, fue sustraído de su domicilio por la policía o por personas cuya identidad la policía conoce. César, minutos antes de ser sustraído de su domicilio, estuvo en contacto vía WhatsApp con su esposa Delia Cuevas. Cerca de las 17:00 horas del día viernes se comunicó con ella y le pidió que llamara a la policía porque se escuchaban balazos cerca del edificio de departamentos donde tenía sus oficinas. César, durante varios minutos estuvo en contacto con ella, quien llamó al 911; su llamada quedó registrada a las 17:02 horas.
Durante ese tiempo los vecinos vieron las patrullas de la corporación de Hugo Gutiérrez Maldonado; algunos vecinos dicen haber reconocido a César Julián entre los detenidos por elementos de la SSP. Sin embargo, la SSP y otras corporaciones como la policía ministerial dicen no saber nada de César Julián Herrera Víquez.
El caso es que en el departamento del productor audiovisual desapareció equipo con un valor de más de un millón de pesos. La policía sabe dónde está el joven costarricense, sabe quiénes robaron ese equipo. Pero como en el caso de los niños asesinado en Amatlán, entre ellos se están encubriendo. Urge que la sociedad levante la voz y exija justicia, pues la policía ya actúa como los criminales y Gutiérrez Maldonado, así como sus jefes, estarían encubriendo criminales.
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