Un tigre de papel, un sindicato sumiso y abyecto que está presto a obedecer las órdenes del gobierno de la 4T. Así es como se percibe a la actual dirigencia del SNTE. Y es que el SNTE que dirige Alfonso Cepeda, no ha insistido en que el Covid-19 sea considerado como riesgo de trabajo, tampoco ha velado por los miles de maestros diabéticos, hipertensos y con obesidad. Pero que se puede esperar de un sindicato que ha dejado en el olvido a sus jubilados al no asumir una férrea defensa para que se les pague en salarios mínimos y no en UMAS.
Muchos maestros se preguntan porque el SNTE no exigió facilidades. Para que los maestros pudieran obtener un buen equipo de cómputo para dar clases a distancia y enfrentar la pandemia mejor equipados. Lo único que consiguió el SNTE, fue un pírrico apoyo de 720 pesos, que hasta la fecha no ha sido pagado. Sin embargo, el gobierno federal y el SNTE, deben de entender que los maestros no se oponen a regresar clases, siempre y cuando, este sea un regreso seguro.
Por lo pronto, se sabe que el SNTE cepedista, está más preocupado en preparar la renovación de las secciones sindicales, en unos cuantos meses, que en dar la cara por los maestros, ante un inminente regreso a clase presenciales, en medio de una tercera ola de contagios.
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