Al parecer no le alcanzó la Vitacilina al presidente de México, pues todavía le causa escozor el fracaso de la llamada “Consulta para enjuiciar a los expresidentes”. El presidente no se cansa de echarle la culpa al Instituto Nacional Electoral por ese 7.11 por ciento de participación; no entiende el presidente que millones de mexicanos no picaron el anzuelo de su tendenciosa consulta. Engallado, ardido, López Obrador, el presidente que dice no guardar rencor, que dice no sentir deseos de venganza, se lanza sobre quienes considera sus adversarios, es decir, todos los que no piensan como él.
En la mañanera de este martes 2 de agosto sentenció: «Cómo iban a votar los de abajo, los pobres y los integrantes de la clase media humanistas por estos retrógradas, individualistas, corruptos, clasistas, racistas, bueno, no pudieron y ahora viene de nuevo, otro desafío, que se vuelvan a agrupar para que llamen al pueblo a que voten para que yo me vaya, es la revocación de mandato, esto es la democracia».
El reto que lanza AMLO a quienes considera sus adversarios no es poca cosa. Al parecer los malos resultados de la Consulta no le dicen nada al presidente; no se da cuenta López Obrador que millones de mexicanos decidieron darle la espalda, y que esos mismos son los que podrían hacerle frente al momento de la revocación de mandato.
Comentarios