Muchas cosas ha dicho López Obrador, muchas cosas ha tuiteado, hay manera de corroborarlo. Por ejemplo, un día dijo, junto a una gasolinera, que cuando él llegara a la presidencia bajaría el precio de la gasolina. Ahora dice que no dijo lo que dijo. Otras veces ha hablado del nepotismo, mal que en su gobierno dice haber desterrado; pero en la actualidad ha aprobado que las hijas tomen el lugar del padre en una elección.
Esta vez el presidente de México dijo lo siguiente: «Hay presidentes, lo digo con todo respeto que tienen 20, 30 por ciento de aceptación, cuando se les pregunta en encuesta a los ciudadanos qué opinas del Presidente, apruebas lo que está haciendo, hay quienes tienen 30 por ciento y 60 o 70 de rechazo y ahí están, para qué sirve un presidente así si no tiene el respaldo del pueblo, si lo único que tiene es un mandato, tiene la legalidad pero no tiene legitimidad».
Puede suceder que, en un futuro, ese 70 u 80 por ciento que López Obrador tenía de aprobación al principio de su gobierno, se convierta en un 30 por ciento de aprobación, un 70 por ciento de rechazo. ¿Sostendrá el presidente de México lo que acaba de decir? Seguramente, si se da el caso, López Obrador va a decir que no dijo lo que dijo.
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