Fue la conductora de televisión Inés Sainz quien acudió a un supermercado nipón para ver que los precios de la fruta están por los cielos. En su aventura, esta mujer vio que una sandía podía llegar a valer hasta cincuenta dólares, lo que en pesos mexicanos serían unos mil pesos.
Lo más “barato” que ella pudo encontrar en este supermercado fue un plátano el cual tiene un precio de un dólar, unos veinte pesos más o menos. Así que sí usted está planeando irse a Japón, para estar en los Juegos Olímpicos, será mejor que no vaya a comer tanta fruta, pues le costará un ojo de la cara.