Habla el poeta César Vallejo sobre esos mensajeros que nos traen noticias funestas: «Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras/en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte./Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;/o los heraldos negros que nos manda la Muerte». Hace justo un año, la pandemia de coronavirus en México estaba incontrolable. Los hospitales estaban a reventar; los tanques de oxígeno estaban en manos de mercenarios que cobraban miles de pesos por su alquiler; la gente moría en las calles, en los pasillos. Entonces recibíamos noticias funestas sobre la muerte de un familiar, de un amigo, de un personaje de la política, el espectáculo o la cultura.
Por ello, muchos nos tomamos en serio las medidas sanitarias y salíamos de casa sólo a lo más indispensable. Sin embargo, conforme inició el 2021 las medidas de sanidad se fueron relajando. Los adultos mayores fueron vacunados, lo mismo que los mayores de 40 años. Y por fin dejamos de recibir noticias sobre la muerte de nuestros conocidos.
Sin embargo, en esta tercera ola las malas noticias regresaron, los heraldos negros han vuelto a cabalgar como esos bárbaros atilas que nos traen las noticias de la muerte. Es por ello que debemos tomar en serio nuevamente las medidas de confinamiento, las medidas sanitarias; debemos regresar al cubrebocas y al gel antibacterial; debemos evitar los lugares concurridos. Jóvenes, olvídense de acudir a fiestas; ¿sí saben que el coronavirus ya les está pisando los talones?
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