Los hechos ocurrieron en Atenas, Grecia, cuando se realizaba una audiencia disciplinaria contra el sacerdote de 36 años. El día en que ocurrieron los hechos los obispos se habían reunido para determinar la expulsión de un sacerdote al ser descubierto con 1.8 gramos de cocaína para su consumo. El sacerdote fue expulsado. Horas después regresó con una botella de cinco litros de ácido para arrojarlo sobre los obispos y los feligreses.
El sacerdote hirió gravemente a 7 obispos y a tres fieles que se encontraban en el lugar. A la hora que bañaba a sus víctimas con ácido repetía en voz alta que se las pagarían de la peor manera. El sacerdote al parecer estaba coludido con el narcotráfico y ante eso decidieron expulsarlo y esto generó los deseos de venganza por parte del agresor.
Después de lo ocurrido el sacerdote narcotraficante se dio a la fuga. Días después de lo ocurrido, el sacerdote, del cual no se ha revelado el nombre, realizó publicaciones amenazantes en redes sociales. En los mensajes amenazó con asesinarlo a todos.
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