El sacerdote hirió gravemente a 7 obispos y a tres fieles que se encontraban en el lugar. A la hora que bañaba a sus víctimas con ácido repetía en voz alta que se las pagarían de la peor manera. El sacerdote al parecer estaba coludido con el narcotráfico y ante eso decidieron expulsarlo y esto generó los deseos de venganza por parte del agresor.
Después de lo ocurrido el sacerdote narcotraficante se dio a la fuga. Días después de lo ocurrido, el sacerdote, del cual no se ha revelado el nombre, realizó publicaciones amenazantes en redes sociales. En los mensajes amenazó con asesinarlo a todos.