Este es el episodio más perturbador de “Mujer casos de la vida real”, presentado por Silvia Pinal como “El niño del globo rojo” o “El niño sin ojos”

Mujer casos de la vida real
Este es el episodio más perturbador de “Mujer casos de la vida real”, presentado por Silvia Pinal como “El niño del globo rojo” o “El niño sin ojos” FOTO: WEB
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El programa televisivo Mujer casos de la vida real”, fue uno de los programas más longevos de la televisión mexicana, y que toda familia gustaba de ver y entretenerse. En este programa solían pasar situaciones sumamente preocupantes. Sus temáticas solían abordar casos de violaciones, asaltos, secuestros, y toda clase de delitos o problemas sociales que ocurren día con día. El programa de “Mujer casos de la vida real”, era el preferido del televidente debido a que sus finales no precisamente terminaban siendo felices. Entre los vastos capítulos del programa conducido por Silvia Pinal, destaca uno que han denominado como el capítulo más perturbador.

En este capítulo se habla de una familia disfuncional que sufre la pérdida de la figura paterna y recalca la necesidad de un hijo sobre la atención de una madre, quien tiene que lavar a todas horas para poder llevar comida a casa mientras que su pequeño hijo lo único que necesita es jugar un poco con su madre. “Los colores del Cielo” fue el título que le pusieron a uno de los capítulos que más dejó marcada a la audiencia. Tras darlo a conocer la gente comenzó a buscar al niño, sin saber siquiera su nombre; sólo sabían que le decían “El niño del globo rojo” o “El niño sin ojos”.  

¿Por qué se dice que es el capítulo más perturbador? La historia trata de una madre que deja de poner atención en sus hijos debido a que siempre debe de estar trabajando. Un día unos sujetos tratan de raptar al menor, pero este logra escapar. En el siguiente intento por raptarlo lo consiguen. El final de este capítulo termina cuando después de estar buscando al menor, este aparece frente a la puerta de su domicilio con un globo rojo en la mano, una caja llena de dinero, y una venda en los ojos. Algo bastante perturbador, por cierto. 

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