Tengo moretones por todos lados, pero ningún hueso roto. Agradezco a los salvavidas de Provincetown por sus cuidados y ayuda», escribió el pescador en sus redes sociales. Muchas personas señalaron que, al ver que el hombre entraba a la trompa de la ballena, pensaron que sería masticado. Otros dijeron que hasta se pudieron escuchar como huesos partidos. Todos tenían claro que el hombre no volvería a ver la luz del día.
El sujeto ha dejado claro que, a pesar de que estuvo dentro de una ballena, a punto de perder la vida, no dejaría de bucear y seguir consiguiendo langostas. Mas a la hora de cuestionarse si buceaba por placer o por trabajo, el hombre permaneció en silencio. «Y si ven una ballena, permanezcan lejos. Es verdaderamente importante dejar espacio a las ballenas», concluyó Robbins.