Conforme los días transcurren van saliendo más detalles sobre el caso del feminicida serial de Atizapán, también llamado El Carnicero. El nivel de sadismo de este sujeto no tenía fronteras, a pesar de que aparentaba ser un vecino pacífico y normal era un ser malvado que se regocijaba con el sufrimiento de sus víctimas. Andrés, de 72 años, nació en Oaxaca el 29 de noviembre de 1947 y llegó a Atizapán de Zaragoza en el Estado de México en la década de los 80. Hasta el momento se sabe que nadie ha acudido a la cárcel para preguntar por él. Parecía que Andrés era un sujeto solitario, sin rastros de su familia. Andaba por la vida cargando con sus problemas mentales hasta que un día decidió asesinar a su primera víctima.
Hace 12 años tuvo una carnicería en Atizapán y durante mucho tiempo vivió como cualquier otro vecino. Fue presidente del Consejo de Participación Ciudadana durante la pasada administración panista y actualmente formaba parte del equipo de campaña del aspirante a alcalde por la alianza PRI-PAN-PRD. En su casa tenía pequeños cuartos que el sujeto rentaba. Todo el piso es de tierra. En su recámara tenía objetos apilados, colgaba las fotos en las que aparece en actos políticos. Ahí mismo en su cuarto de dormir pudo encontrarse un sótano.
Las autoridades han descubierto que ahí llevaba los cuerpos de algunas mujeres que asesinaba, él señaló que mató y desapareció al menos a 15 mujeres. Las llevaba hasta ahí con engaños, les ofrecía apoyos. Su experiencia como carnicero le permitía saber cómo y en dónde cortar la carne. Andrés llevaba una lista detallada con datos de sus víctimas y fechas, ponía el nombre completo, su edad, su dirección, y el peso de cada parte de su cuerpo. En ese sótano había huesos humanos y el aire despide un olor a maldad y podredumbre.
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