Hace 12 años tuvo una carnicería en Atizapán y durante mucho tiempo vivió como cualquier otro vecino. Fue presidente del Consejo de Participación Ciudadana durante la pasada administración panista y actualmente formaba parte del equipo de campaña del aspirante a alcalde por la alianza PRI-PAN-PRD. En su casa tenía pequeños cuartos que el sujeto rentaba. Todo el piso es de tierra. En su recámara tenía objetos apilados, colgaba las fotos en las que aparece en actos políticos. Ahí mismo en su cuarto de dormir pudo encontrarse un sótano.
Las autoridades han descubierto que ahí llevaba los cuerpos de algunas mujeres que asesinaba, él señaló que mató y desapareció al menos a 15 mujeres. Las llevaba hasta ahí con engaños, les ofrecía apoyos. Su experiencia como carnicero le permitía saber cómo y en dónde cortar la carne. Andrés llevaba una lista detallada con datos de sus víctimas y fechas, ponía el nombre completo, su edad, su dirección, y el peso de cada parte de su cuerpo. En ese sótano había huesos humanos y el aire despide un olor a maldad y podredumbre.