Los Yunes, en su cancha

Yunes
Más de 20 mil veracruzanos participaron en la marcha pacífica "Por la Libertad de Veracruz" por la avenida de Independencia hasta llegar al zócalo del Puerto de Veracruz, en donde Miguel Ángel Yunes Márquez y su esposa Paty Lobeira de Yunes asistieron como ciudadanos, sumándose a una sola voz: "¡Todos somos Miguel!", defendiendo la democracia y la libertad de Veracruz en las próximas elecciones FOTO: ESPECIAL
- en Opinión

Sergio González Levet / Eso se llama enseñar el músculo. Más de 10 mil gentes -según los datos más conservadores- y menos de 20 mil -de acuerdo con el miedo de los que irremisiblemente van a perder el poder- fueron los veracruzanos que se vistieron de blanco y dieron muestra de la fuerza yunista en Vera-Boca.

Llenaron toda la Avenida independencia, desde el Zócalo y La Parroquia hasta el Parque Zamora, y pintaron la esperanza alba de que ahí tampoco van a ganar las triquiñuelas, ni el manejo abusivo del poder, ni la presión de las bimenstruales dádivas sociales.

Los ¿estrategas? morenistas no han siquiera empezado a entender que si quieres luchar contra tu enemigo en las mejores condiciones nunca debes hacerlo en su campo de batalla, en su cancha.

Los Yunes azules vieron cómo el partido oficial y la oficialidad caían en la trampa y terminaron luchando en el terreno de aquéllos, en donde se mueven a satisfacción.

Sí, su campo, en el enfrentamiento directo, y eso eso son maestros.

Seguramente ya sabían que eso pasaría y prepararon con toda calma la marcha de la libertad, que terminó dejando constancia de que en el Puerto no hay quien les gane electoralmente.

Y más, también dejaron n dicho que lo se van a dejar y defenderán a como dé lugar al voto mayoritario que tienen.

No vimos a Miguel Ángel padre, pero ahí estuvo siempre.

Tampoco vimos a Fernando el presidente municipal, porque no debía estar, pero sus simpatías populares se arremolinaron en torno a su hermano.

Es un error grave de táctica querer ganarle al panismo jarocho en su baluarte con armas que los blanquiazul es saben detener y atacar.

Pero no entienden…

Y lo van a entender hasta el 6 de junio, cuando al temor de haber perdido se sume el terror de saber que el Patriarca -ya saben quién- está enojado, muy enojado, y va a mostrar su disgusto contra los inútiles que no supieron conservar los votos que les había regalado en 2018.

Ahí sí que van a temblar.

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