Focos rojos en Morena

MORENA
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) FOTO: WEB
- en Opinión

Sergio González Levet / La potente simpatía electoral que consiguió Andrés Manuel López Obrador en 2018 para sí y para los candidatos de su movimiento está haciendo agua y se difumina para la elección más grande de la historia, que se realizará el próximo 6 de junio.

Es tal la catástrofe que muestran las encuestas reales, que en el alto mando morenista y en la Presidencia de la República -que es decir lo mismo- empiezan a mostrarse desesperados y han entrado al juego autodestructivo y perverso de proponer y emprender medidas extremas -¿e ilegales?- para revertir hasta donde se pueda la calamidad anunciada.

Y como los morenos se ven desesperados desde la cabeza hasta la base, están cometiendo errores garrafales, porque ya se sabe que en política las prisas y los apresuramientos solamente llevan al fracaso, si le creemos a lo que escribió Nicolás Maquiavelo en 1513 (aunque la gente pudo leer esta obra magnífica hasta 1531, porque se publicó cuatro años después de la muerte del filósofo y, como Kafka, ya no supo del notable éxito que tuvo su libro).

De regreso a nuestro México exasperado, desde el mismo patriarca hasta su círculo muy cerrado y la dirigencia morenista salen acciones dictadas por la exasperación… y por lo mismo nadamás han logrado ir perdiendo devociones y votos probables de una manera constante y creciente.

Los ciudadanos y hasta muchos de los otrora furibundos fanáticos de la Cuarta Transformación dudan cada vez más de las encuestas cuchareadas en las que Morena aparece muy al frente de la preferencia popular.

Ésa ha sido una de las más socorridas estrategias para, según piensan, conseguir el voto mayoritario: convencer a la población de que van muy adelante en las preferencias electorales, con el fin de desalentar a los mexicanos que piensan ir a votar en contra del morenismo.

Sin embargo, grupos-termómetro de la opinión ciudadana como los taxistas, los burócratas y los profesores emiten generalmente una opinión adversa sobre el Gobierno actual, y manifiestan abiertamente su intención de sufragar en contra de los candidatos del partido oficial.

Y es que la desilusión ha sido tan grande como exageradas fueron las promesas de AMLO y sus seguidores.

Una a una, el profeta de la honestidad fue fallando en cumplirle al pueblo de México, y por lo mismo, una a una se la cobrarán los votantes, esos mimos que le dieron una victoria arrolladora apenas hace dos años.

Queda a los mexicanos la garantía de nuestras leyes, que todos esperamos el Presidente cumpla y haga cumplir, a fin de que en unas semanas el voto popular se ejerza y se cumpla debidamente.

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